1* FUSIL MODERNO DE AGUJA
EL FUSIL DE AGUJA
Cuando el ejército prusiano adoptó el fusil de aguja, mantuvieron cuidadosamente en secreto los pormenores durante muchos años, hasta 1864, que se uso contra los daneses puso de relieve su superioridad. A pesar de todo, tenia dos defectos importantes. El primero, la larga aguja percutora, que traspasaba por entero el cartucho, quedaba después expuesta a la explosión de la carga y se corroía muy rápidamente, llegando a romperse durante su funcionamiento. El segundo que el cierre del cerrojo se deterioraba pronto, con lo que el fogonazo del cartucho solía quemar el rostro del tirador. Los soldados aprendieron enseguida a dispara un fusil viejo de aguja desde la cadera, en vez de desde el hombro
La primera arma deportiva práctica de carga por la recámara fue desarrollada en 1812 por Samuel Pauly, un armero suizo que trabajaba en París. Con un cañón que se abría hacia abajo y disparaba un cartucho independiente, fue el padre de la escopeta, adelantándose a su tiempo en unos cincuenta años. La verdad es que era tan revolucionaria que las autoridades militares no la tomaron en serio. El fusil de aguja fue la creación de Johann Nikolaus von Dreyse, un armero prusiano que, después de su aprendizaje, viajó por Europa adquiriendo experiencia con varios maestros. Entre 1809 y 1812 von Dreyse trabajó para Pauly; pero volvió a Prusia hacia 1815.
Allí empezó a trabajar en armas de percusión de carga por la boca, a partir de las cuales siguió hasta desarrollar un fusil militar de retrocarga. En 1841 ofreció su fusil de aguja al ejército prusiano. Hubo una serie de pruebas y modificaciones y finalmente, en 1848, el fusil fue adoptado como arma de fuego estándar de infantería.
Sistema de cerrojo.
El fusil de aguja puede considerarse justamente como el padre de todos los fusiles de cerrojo, ya que fue la primera arma que se caracterizó por el sistema de cerrojo. El cerrojo, que se parece al pomo normal de una puerta, podía morderse en una armadura detrás de la recámara del fusil. Con la bala en posición vertical, el cerrojo podía deslizarse hacia atrás y hacia adelante para abrir y cerrar la recámara. Una vez que la recámara estaba cerrada, se giraba el mango hacia abajo, frente a una orejeta de la armadura para cerrar el cerrojo.
Los soldados franceses empeñados en un combate callejero contra las fuerzas prusianas durante la guerra franco-prusiana de 1870. El fusil Chassepot difería del de aguja percutora no traspasaba el cartucho en su totalidad y en que tenia un cierre de recámara de goma más eficaz
El extremo delantero del cerrojo tenía una forma cónica cuidadosamente estudiada para poder encajar en una abertura del cierre con la misma forma, con lo que al cerrar el cerrojo se conseguía el hermetismo para los gases. El cartucho era un cilindro de papel que contenía la bala y la carga de pólvora, y la bala llevaba una cápsula de fulminante en su base. La aguja, de la que se derivaba el nombre del fusil, era una larga aguja percutora que pasaba a través del cierre. Se tiraba a mano de ella hacia atrás, venciendo la resistencia de un muelle, antes de abrir el cerrojo y se mantenía en esta posición mediante un fiador.
Cuando se cerraba el cerrojo, al apretar el gatillo se liberaba el seguro y hacía que la aguja atravesase el cartucho de papel, golpeando en la cápsula de percusión y disparando el cartucho. El cierre de cerrojo era eficaz cuando el arma era nueva, pero se desgastaba pronto y se salía el gas. A pesar de todo, el fusil de aguja era bastante fiable, se manejaba con facilidad y era un arma potente en el campo de batalla. Le daba a la infantería prusiana un ritmo de fuego, quizás ocho disparos por minuto, nunca conocido hasta entonces y que asombró al mundo militar cuando se usó por primera vez en la guerra entre Prusia y Dinamarca en 1864 y, después, en la guerra austro-prusiana, dos años más tarde. Cuando oyeron hablar del fusil prusiano de aguja, los franceses empezaron inmediatamente a desarrollar su propia versión, el fusil Chassepot.
Instructor Itb
El fusil de aguja
Llamado así por su inventor, un armero del arsenal de Chatellerault, el arma apareció en 1863. En realidad, era otro fusil de cerrojo, muy parecido al de aguja pero con una aguja percutora más corta. Cuando se utilizaba con un cartucho de papel y de tela, que llevaba una cápsula de fulminante en su extremo, la aguja percutora sólo tenía que recorrer un corto espacio dentro de la recámara del Chassepot antes de golpear la cápsula fulminante y hacer el disparo. El hermetismo de la recámara se conseguía con un anillo de caucho alrededor de la cabeza del cerrojo. La presión de la explosión empujaba el cerrojo hacia atrás y apretaba el anillo hacia los lados para sellar la recámara. Sin embargo, las altas temperaturas estropeaban enseguida la goma, con lo que cada soldado llevaba cierto número de anillas de repuesto y estaba muy bien instruido para cambiarlas tan pronto como notase que se salían los gases.
Estas dos armas se enfrentaron una contra otra en la guerra franco-prusiana de 1870-1871. Durante el combate, el fusil Chassepot pareció ser superior al de aguja de Dreyse; una y otra vez los prusianos lanzaron asaltos contra los franceses, sólo para caer bajo un fuego graneado, y fuera del alcance del fusil de aguja, hasta que los atacantes resultaban diezmados o se veían forzados a ceder terreno. Sin embargo, las pruebas posteriores en los campos de tiro no confirmaron la superioridad del Chassepot. El fusil de aguja y el Chassepot probaron concluyentemente que la retrocarga era mejor que la avancarga e indicaron a los ejércitos de todo el mundo que tendrían que ser reequipados con pequeñas armas ligeras de retrocarga tan pronto como fuera posible
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